lunes, octubre 09, 2006

DIPUTADO FEDERAL DEL PRI, TRAS AGRESIÓN A PERIODISTA

ISAÍN MANDUJANO/APRO
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis., 09 de octubre (apro).- Bajo los auspicios del diputado federal priísta, Víctor Ortiz del Carpio, un reportero del diario local Cuarto Poder, fue secuestrado, humillado y amenazado de muerte si publicaba algo sobre su agresión por campesinos de una comunidad a donde acudió para realizar un reportaje por la disputa de un predio.

Los hechos ocurrieron el viernes 6 de octubre, cuando el periodista Abenamar Sánchez Pablo, fue asignado por su diario para acudir a la comunidad San Rafael, municipio de Pueblo Nuevo Solistahuacán, distante de la capital del estado, para cubrir la disputa de dos grupos de que campesinos que alegan a que municipio pertenece las tierras de ese lugar, si al ya mencionado o al del vecino municipio de Huitiupán.
Al llegar la tarde del viernes a esa comunidad se contactó con las primeras familias que vió para pedir información sobre la disputa entre dos grupos de campesinos, luego de ello empezó a tomar algunas fotografía de detalles sobre la comunidad, las casas, la cancha de básquetbol y otras escenas cotidianas, pero en ese momento fue abordado por un lugareño que le reclamó el hecho.
A esa voz de reproche contra el periodista se sumó la de otra persona y así uno a uno fueron llegando más personas, hasta sumar la media docena, que lo increparon con insultos, entre ellos Horacio y Jorge Ortiz del Carpio, hermanos del diputado federal priísta Víctor Ortiz del Carpio.
Después lo trasladaron a una casa a donde llegaron las autoridades ejidales, el comisariado Jerónimo Pérez Sánchez, el agente municipal Humberto Gómez López y el del consejo vigilancia Miguel López Sánchez, a este grupo se les sumó después una persona a la cual identificó con mayor autoridad, Heberto Ortiz del Carpio otro de los hermanos del diputado federal.
Ya ahí, cerraron la puerta con llave, en grupo le reclamaron que porque había contactado primero para entrevistar a las familias que antes había visitado, pues es el grupo adversario, que si acaso ellos lo había llevado hasta ahí, que cuanto le había pagado para ir a hacer el reportaje y otras preguntas que parecían más dice, un interrogatorio policial.
Tras sus primeras entrevistas y los reclamos después de esta docena de campesinos airados, el reportero pudo deducir entonces que el primer grupo eran partidarios de reconocer las tierras como parte del municipio de Pueblo Nuevo en tanto que los segundos, eran partidarios de que éste sea tomado en cuenta como parte del municipio de Huitiupán.

Narró el periodista que el presidente del Comisariado, Jerónimo Pérez Sánchez, insistió nuevamente de por qué no se dirigió primero a su grupo, y les explicó que ellos sí estaban incluidos en el plan de trabajo, logró bajarles el tono del reclamo y, tras un carpetazo sobre el escritorio, comenzó a explicar de manera rápida que las tierras y ellos pertenecían a Huitiupán y no había vuelta de hoja.
“Le pedí de favor me proporcionara unas copias. Lo hizo: me entregó copias de tres documentos. Pero en eso entró el suplente Efraín Pérez Torres con la orden directa de que no se me entregara documentos. Devolví dos documentos, y en eso escuché: “’aquel’ nos ordena que no entreguemos los papeles. Hay que amarrarlo y meterlo a la cárcel”. “¡Sí, hay que meterlo a la cárcel”, secundó otra persona”, comentó.
Dijo que durante la discusión se pudo dar cuenta que en realidad quien estaba operando todo era una persona que no estaba ahí presente, sino que lo hacía vía telefónica, pues a cada rato salían a llamar por teléfono para recibir órdenes sobre como actuar contra su persona.
Más tarde pudo deducir entre los comentarios que se hacían que esa persona ausente pero con mando era el diputado federal del PRI, Víctor Ortiz del Carpio, quien ese mismo viernes se encontraba a decir de los lugareños en Villahermosa, Tabasco, sin duda para apoyar las elecciones de su partido en esa entidad.
“Solicité me dejaran ir, pero no lo logré. Contra mi voluntad me quedé sobre la silla. Heberto Ortiz del Carpio se colocó junto a la puerta, y afuera se escucharon tres propuestas: “quítenle la cámara”, “hay que sacarlo del ejido y dejarlo a mitad de camino”, “hay que cortarle el pelo, quitarle pantalón, bañarlo con gasolina y prenderle fuego”, pero adentro Efraín Pérez Torres insistía en que se me amarrara y metiera a la cárcel, además de quitarme la cámara”, indicó.
Tras su petición de que lo dejarán ir, le respondieron: “sólo lo que diga el diputado Víctor Ortiz del Carpio, el manda”.

Dijo que Heberto Ortiz del Carpio, hermano del diputado, era el más decidido a que ya se le juzgara de acuerdo a la “ley del pueblo”, o sea, de unas 10 o 15 personas coordinadas, como lo reiteraron varias veces, por el diputado federal, y “que les valía” si interponía o no una demanda penal.
El presidente del Comisariado repitió, junto con el suplente, que estaban molestos porque no los había entrevistado primero, porque había pisado las calles sin tener algún documento-permiso, porque ellos no quieren se publique nada sobre el asunto y porque estaba tocando intereses políticos.
Pudo escuchar entre el murmullo fuera de la casa, que echaban a suerte su integridad física: unos proponían cárcel, otros gasolina, otros un balazo, otros que se le abandonara a mitad de camino, pero al final se impuso lo de la entrega de la cámara previa eliminación de todo el trabajo fotográfico.
Lo que si logró dice el reportero es que una persona de sus increpadores indagara vía telefónica al diario de que el realmente pertenecía a esa empresa periodística y no era ajeno a ella.
Señaló que pese a la negativa de Heberto Ortiz, el Comisariado logró que se hiciera la llamada, previa aclaración de que la última palabra la tenía el diputado federal Víctor Ortiz del Carpio, al que afuera le decían el “mero mero”.

Se hizo la llamada, pero casi al mismo tiempo unas personas miembros del grupo antagónico que a lo lejos habían presenciado su retención durante más de tres horas marcaron al Cuarto Poder, pues horas antes les había obsequiado un ejemplar del diario y ahí indagaron el número telefónico de la empresa.
Fue ante la intervención de los directivos del periódico que pudo recobrar la libertad bajo amenaza de que le podría “cargar la madre” si publicaba el trabajo y lo de su agresión, “pues ellos tienen el peso hasta en México: la última palabra lo tiene el diputado federal” pues fue Efraín Pérez Torres le hizo entender que su retención estaba coordinado por el Víctor Ortiz del Carpio.
A Sánchez Pablo lo dejaron en libertad pero le decomisaron la cámara fotográfica, no sin antes firmarle un documento que él pidió para comprobar en su empresa que efectivamente era así, pues estaba en sus manos bajo resguardo.
Pero esa noche ya no pudo salir de la comunidad, fue hasta las 5 de la mañana del sábado 7 de octubre cuando por fin pudo dejar la comunidad en una camioneta de transporte rural.
Hoy el reportero acudió a la PGR e interpuso una denuncia penal ante el Agente del Ministerio Público de la Fiscalía Especializada para Atención a Delitos contra Periodistas. Robo, privación ilegal de la libertad, tortura sicológica y amenazas de muerte, son apenas algunos delitos que pudo identificar contra el diputado federal sus hermanos y el resto de los que participaron en su humillación.
-------------o0o----------------

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal

Web Counter
Visitas desde 01/VI/2006