sábado, septiembre 02, 2006

NUEVO ATAQUE A POR ESTO!

Nuevo, cobarde atentado

sábado, 02 de septiembre de 2006

Los destrozos en la recepción de POR ESTO!. El objetivo era matar.- (Dzul)

Nuevamente gracias a la valiosa intervención del Ejército Mexicano, a través de los militares del XI Batallón de Infantería al mando del Coronel e Ingeniero Industrial Sergio Virgilio Guerrero y del Coronel de Infantería Pedro Chávez, se reconoció la gravedad y magnitud de los hechos.- (Dzul)

El director de la Policía Municipal, Francisco Calero Reyes, de los primeros en llegar al POR ESTO! (Dzul)

El Crimen Organizado --cuya protección e impunidad está garantizada por las autoridades y los cuerpos de seguridad del Estado-- volvió a atentar contra la vida de los trabajadores del Diario de la Dignidad, Identidad y Soberanía al lanzar dos granadas de fragmentación en las instalaciones de POR ESTO!


Justo Pacheco Chacón, uno de los compañeros lesionados.- (Dzul)
Nuevamente gracias a la valiosa intervención del Ejército Mexicano, a través de los militares del XI Batallón de Infantería al mando del Coronel e Ingeniero Industrial Sergio Virgilio Guerrero y del Coronel de Infantería Pedro Chávez, se reconoció la gravedad y magnitud de los hechos.- (Dzul)
La onda expansiva dejó una estela de destrucción en unos 15 metros a la redonda, mientras que la otra granada se alojó al pie del mostrador en el extremo oriente del mismo, muy cerca de donde se encuentran las oficinas de la Dirección General
Las granadas contra el Diario POR ESTO! tenían el objetivo de matar cobarde y arteramente a nuestros compañeros, y de no ser por el fallido de una de ellas, resultaron a salvo los cinco trabajadores del colectivo
El crimen organizado, cuya protección e impunidad está garantizada por las autoridades y los cuerpos de seguridad del Estado, de nueva cuenta atentó contra la vida de los trabajadores del Diario de la Dignidad, Identidad y Soberanía, al lanzar dos granadas de fragmentación en las instalaciones del periódico POR ESTO!, causando destrozos en varias oficinas y resultando dos compañeros lesionados.
De acuerdo a testigos presenciales de los hechos, dos individuos vestidos informalmente, uno de aspecto fuereño y otro local, se apostaron alrededor de las 7:20 horas frente a las instalaciones del POR ESTO!, ubicado en la calle 60 por 73 y 71, en el centro de la ciudad, dialogaron por espacio de unos segundos en la acera de enfrente para ponerse de acuerdo y posteriormente se dirigieron a su objetivo.
Los sicarios cruzaron la calle y se ubicaron en la puerta principal. En forma coordinada quitaron el cerrojo a las granadas de fabricación norteamericana utilizadas por el ejército de infantería de aquel país, y la lanzaron a través del paño de cristal del acceso principal, cayendo a una distancia de unos 12 metros en el pasillo donde se ubica el mostrador de recepción.
Uno de los artefactos estalló frente a las puertas de la oficina de Corresponsalías, dejando un hueco de casi 30 centímetros de diámetro en el pavimento al momento de la explosión.La onda expansiva dejó una estela de destrucción en unos 15 metros a la redonda, mientras que la otra granada se alojó al pie del mostrador en el extremo oriente del mismo, muy cerca de donde se encuentran las oficinas de la Dirección General, pero sin haber estallado.
En el momento de la explosión, el reloj marcaba las 7:25 horas, quedando inactivo en esos momentos por el daño ocasionado, mientras cuatro compañeros del colectivo de POR ESTO! se encontraban tendidos en el piso de las diferentes oficinas del periódico.
En el momento de lanzar las granadas, en el área de recepción se encontraban los compañeros Justo Pacheco Chacón, Fernando Patrón Cab, Israel Alpuche Villamonte, Gaspar Cervera Uc y Jorge Luis Díaz.Pacheco Chacón se encontraba detrás del mostrador atendiendo las llamadas telefónicas, mientras que Patrón Cab leía un ejemplar del POR ESTO! en los asientos que se ubican en la recepción.
Alpuche Villamonte se encontraba en la antesala de la recepción y Jorge Luis hacía la limpieza en las puertas de Facturación.Al percatarse de la presencia de los sicarios y observar la trayectoria de las granadas, Fernando dio un sobresalto y se lanzó hacia las oficinas de Facturación, llevándose consigo a Jorge Luis, mientras que Israel y Justo se tiraron al suelo boca abajo cubriéndose los oídos.
El estallido aturdió tanto a Justo como a Gaspar Cervera, quienes al incorporarse parecían zombis por los daños que habían ocasionado a sus oídos, aunque Pacheco Chacón fue alcanzado por las esquirlas de los cristales y otros objetos que se impactaron sobre su humanidad.

Matar, el objetivoLas granadas contra el Diario POR ESTO! tenían el objetivo de matar cobarde y arteramente a nuestros compañeros, y de no ser por el fallido de una de ellas, resultaron a salvo los cinco trabajadores del colectivo.De haber hecho explosión la segunda granada, Justo, Gaspar e Israel hubieran resultados gravemente lesionados e incluso alguno de ellos hubiera perdido la vida, toda vez que el artefacto cayó a menos de un metro de donde quedó tendido Pacheco Chacón.
Los primeros en reaccionar fueron Israel, Fernando y Jorge Luis, quienes de inmediato se dispusieron a reanimar a sus demás compañeros para enseguida avisar a un policía municipal de crucero sobre el incidente.
Diez minutos después, la policía municipal, única en llegar rápido y oportuna, al mando del Comandante Francisco Calero Reyes, desplegó vasto operativo sobre el área para tratar de ubicar a los asesinos.Casi 30 minutos después, a pesar de haber sido notificados con oportunidad, hicieron acto de presencia elementos de la Secretaría de "Protección" y Vialidad, al mando del comandante Héctor Guy Freyre Núñez, responsable del Sector Sur, quien recibió órdenes de los delincuentes comandantes, Francisco Javier "Cornelio" Medina Torre y del despreciable y cobarde Daniel Carrillo Espinosa (a) "El Puma", el primero titular de la SPV y el segundo director Operativo de la misma.
Minutos más tarde también hicieron acto de presencia elementos de la Procuraduría General de Justicia y Policía Judicial, así como de la delegación de la Procuraduría General de la República.
Sin embargo, no fue sino gracias a la valiosa intervención del Ejército mexicano a través de los militares del Onceavo Batallón de Infantería al mando del Coronel e Ingeniero Industrial Sergio Virgilio Guerrero y del Coronel de Infantería Pedro Chávez, quienes reconocieron la gravedad y la magnitud de los hechos.
Experto conocedor de artefactos de guerra, el Coronel Guerrero dijo sin lugar a dudas que las granadas lanzadas fueron de fragmentación, utilizadas por la infantería del ejército norteamericano.
Al lugar también hicieron acto de presencia visitadores de la Comisión Estatal de Derechos Humanos al mando de la Licda. Lorena Vales, quienes iniciaron una nueva investigación por el reciente atentado.Asimismo, tanto el procurador Armando Villarreal Guerra como el delegado de PGR, Nicolás Hernández Mendoza, acompañados de peritos y agentes de ambas corporaciones, levantaron evidencias y dieron fe de los hechos.

Los testigosDe acuerdo a la versión del testigo Marcelino Mota, que se desempeña en el área de limpieza, comentó que minutos alrededor de las 7:20 horas, cinco metros antes de llegar a las oficinas, se percató que dos personas se encontraban en la acera de enfrente.Los delincuentes dialogaban entre sí para ponerse de acuerdo en la forma en que operaría y buscar el punto de salida.
Los sicarios eran robustos, uno de ellos vestía bermuda y calzaba tenis rojos, el otro tenía pantalón y tenis azul, uno de ellos portaba un bulto tipo mochila, eran claros de color y aspecto fuereño.
"Yo pasé enfrente de ellos y como vi que platicaban no le tomé importancia, sólo observé que eran claros de color y encima tenían como un bulto, seguí caminando y entré al periódico y después me enteré que fueron los mismos que tiraron las granadas", refirió Marcelino.Por su parte Israel Alpuche, quien estaba próximo a la puerta principal, observó que dos sujetos se pararon frente a la entrada por la parte de afuera; "desde ahí lanzaron las granadas rompiendo el vidrio de la puerta, mismas que siguieron una trayectoria de unos 12 metros"."Los chavos se quedaron parados y esperaron que detonaran las granadas, incluso uno de ellos gritó: agáchate y tápate los oídos", relató.
l percatarse del estallido que hizo el artefacto, los chavos salen corriendo hacia la calle 73 con rumbo al poniente, es decir, hacia la calle 62.Alpuche Villamonte comentó que él no siguió a los delincuentes porque, primero, se quedó quieto en previsión de un segundo estallido y, segundo, para auxiliar a sus demás compañeros.
"Justo se incorporó como desorientado, con la cabeza llena de polvo y restos del material que provocó la explosión y yo le dije: estás bien, estás bien cabrón, reacciona", sostuvo.
Los otros tres fueron los menos perjudicados aunque a Fernando lo alcanzaron algunos restos de material pero nada de gravedad y al igual que Justo, quedaron con el tímpano afectado.

El operativoDe acuerdo a las primeras diligencias, Daniel Gilberto Góngora Montejo, un policía de civil de la SPV, en el momento de los hechos, "circunstancialmente" se encontraba parado frente a la calle 73 con 60, haciendo su alto, y al momento de la explosión, se percata que dos tipos salen corriendo del POR ESTO! para abordar una camioneta azul pavo con placas YWF 34-31 donde huyendo los sicarios.
En la calle 68 por 69 y 67 la camioneta es abandonada y sus ocupantes descienden para abordar taxi por separado.
Uno de estos malandrines se dirige a la tienda "La Ceiba" que se encuentra en la calle 48 por 35 y 37 de la colonia Carranza, donde la señora Ermelinda Cauich Tamayo, informó que después de las 7:30 horas ya cerca de las 8, entró una persona de complexión robusta, tipo chilango, alto grueso, moreno claro, vestido de playera.
"Se bajó de un taxi y me pidió dos cajetillas de cigarro Salem y esta persona es la misma que la noche anterior había llegado con otros individuos a bordo de un taxi", dijo la mujer.--La noche previa se bajó del vehículo y me pidió dos cajetillas de cigarro Marlboro rojo, incluso uno de sus compinches le habló para que se subiera rápido y hasta ni su cambio esperó --dijo Cauich Tamayo.
"Ayer por la mañana después de comprar sus cigarros, el tipo se fue caminando como si nada, con rumbo hacia Itzimná, aunque este sujeto no es del rumbo y nunca lo había visto por acá", agregó.
Alrededor de las 10 horas, la policía reportó la detención de un presunto sospechoso de nombre Ricardo Delfín Quezada Domínguez, atribuyéndole ser uno de los que participaron en el atentado, sin tener pruebas y con sólo la versión del policía de la SPV, la misma corporación que encubre, protege y defiende a la delincuencia organizada, crimen organizado y el narcotráfico.Alrededor del mediodía, el helicóptero de la SPV aterrizó en las inmediaciones del puente de Isla Arena, Campeche, presuntamente en busca de los sospechosos, pero sin avisar a las autoridades de aquella entidad.
El presunto operativo arrojó resultados negativos y la Procuraduría estatal argumentó anoche, de manera irresponsable, que ese operativo se dio en base a información proporcionada por el POR ESTO!, lo que no fue cierto.(Jaime Vargas Chablé)

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