FRANCISCO
GÓMEZ MAZA
ANÁLISIS
A FONDO: EL PERIODISMO, EJECUTADO
·
Van 111 asesinados
·
Basta ya de impunidad
El 10 de enero de 1978 fue asesinado el
periodista Pedro Joaquín Chamorro. La revolución sandinista se generalizó y, al
año siguiente, derrumbó la dictadura de Anastasio Somoza en Nicaragua. Un solo
periodista tuvo que ser ejecutado para que los nicaragüenses se desembarazaran
de una de las más sangrientas dictaduras del continente.
En México, van 111 periodistas asesinados, en
los últimos 17 años (24 en el sexenio de Ernesto Zedillo; 30, en el de Vicente
Fox, y 57, en el de Felipe Calderón), y no pasa nada.
Y continúan: El más reciente ha sido el de la
reportera Regina Martínez, encontrada. El viernes, asfixiada por
estrangulamiento en su residencia de de Xalapa, estado de Veracruz.
Lo interesante es que desde las redes del
poder político gubernamental se achaca la autoría de las ejecuciones de
periodistas al crimen organizado. Sin embargo, según organizaciones dedicadas
al seguimiento de los asesinatos y agresiones, el llamado crimen organizado
sólo aparece como responsable del 7.5 por ciento de las agresiones.
Datos duros de los autores de todo tipo de
agresiones a periodistas mexicanos: No identificados, 9.1%; simpatizantes de
partidos políticos, 7%; funcionarios gubernamentales, 25%; otros servidores
públicos, 18.5%; uniformados, 33%, y delincuencia organizada, 7.5%.
Entre los agravios perpetrados hasta 2011, las organizaciones Artículo 19 y Cencos
tienen registrados 159 en el periodo de Zedillo; 208, en el de Fox y 633, en el
de Calderón.
Y parece que la tragedia no importara más que
a un reducido grupo de periodistas, entre veteranos y muy jóvenes. El resto
está preocupado por otros asuntos, cuando el asesinato de un periodista revela
toda la podredumbre y el estercolero en que se mueven los poderes políticos y
económicos, de derecho y de hecho. El periodista es un ícono de la libertad de
que deben de gozar los ciudadanos. Quién mata a un periodista, no es
exageración, intenta matar la democracia.
A lo más que se ha llegado, en este final de
sexenio, es a que el Senado, como lo prometió desde hace varias semanas,
aprobara por unanimidad la Ley de Protección a Defensores de los Derechos
Humanos y Periodistas. Hoy lunes, los diputados tendrían que hacer lo suyo y
aprobar ese mecanismo legal, antes de que su presidente, el perredista
Guadalupe Acosta Naranjo pronuncie el discurso de clausura del último periodo
de sesiones del sexenio.
Es de esperarse que, como lo hicieron los
senadores, los diputados archiven por unos momentos sus diferencias y aprueben
la minuta. No servirá de mucho, pero servirá de algo. No detendrá las manos
asesinas, pero dispondremos de un marco legal y jurídico para que los ministerios
públicos no sigan haciéndose guajes en la investigación de los asesinatos y la
persecución de sus autores, sean del “cártel” que sean…
El asesinato de la colega veracruzana
conmovió al sector más sensible del periodismo nacional. No es muy grande, pero
en él están los periodistas comprometidos con el periodismo, ese que da voz a
quienes no la tienen.
Ayer domingo, estos periodistas se reunieron
a las puertas de la representación del estado de Veracruz para manifestar su
consternación e indignación, ahora, por el asesinato de Regina, corresponsal de
la revista Proceso.
La alerta dada por el grupo de periodistas
congregado ayer fue lanzada a Felipe Calderón, a Marisela Morales (procuradora
general), a Javier Duarte, gobernador del estado, y a Felipe Amadeo Flores,
procurador estatal).
Veracruz es el estado mexicano en donde han
sido asesinados más periodistas. Miguel Ángel López Velasco, Misael López,
Yolanda Ordaz de la Cruz, Noel López Olguín, Evaristo Ortega Zárate, y Regina.
Todos los crímenes en Veracruz se mantienen
impunes. Veracruz, como se aseguró durante la reunión de ayer, se ha convertido
en uno de los estados de más alto riesgo para el ejercicio periodístico, pese a
las reiteradas promesas y compromisos del gobierno estatal por esclarecer los
homicidios.
Ayer mismo, el procurador veracruzano
refrendó “el compromiso absoluto del gobierno de Veracruz para lograr el
esclarecimiento de este caso” (el de Regina).
Es más, el funcionario dijo: “No tengan duda
de que trabajaremos con todos los recursos que tenemos a nuestro alcance para
esclarecer estos hechos…”
Cuántas veces hemos escuchado este discurso.
Hasta ahora, de nada han valido los compromisos
de palabra, ni la creación de fiscalías o leyes para la protección de los periodistas.
México se ha convertido en uno de los países más peligrosos del mundo para nosotros.
Los periodistas reunidos ayer reclamaron:
“”Basta ya de impunidad en los crímenes contra
periodistas”.