Radios Indígenas: la exigencia
Colegas : En Michoacán, además de dos periodistas desaparecidos y dos acribillados, ahora las fuerzas policiacas desmantelan radios comunitarias en la sierra purhépecha. En Ocumicho y Nuevo San Juan Parangaricutiro a los comunicadores los trataron como viles delincuentes, se llevaron su equipo y amenazan con seguir quitando los medios con que se comunican los indígenas. urge la solidaridad. atte Macario Ramos Director del Diario Vision de Michóacàn que se edita en Morelia, anexo artículo del Padre Francisco Martínez, que es muy ilustrativo.
Radios Indígenas: la exigencia
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Por: Francisco Martínez Gracián
A partir de la conquista española y del inicio de una relación disímil entre dos poblaciones culturalmente distintas, la indígena de aquí y la peninsular española, ésta, caracterizada ahora por la sociedad mestiza, siempre ha mantenido una política de dominio para mantener sujeta a la otra. Desde 1492 a la fecha, aunque pareciera haber habido muchos cambios, éstos no han pasado de ser camaleónicos: siempre la política ha mostrado una orientación dirigida al sustento de una dominación-dependencia en la que los indígenas, como pueblos conquistados, se hallan abajo. Sirva como ejemplo el siglo XIX, cuando esa dominación fue encubierta con una idea liberalista de igualdad jurídica, que en la práctica lo único que hizo fue continuar con el dominio de la población india. Es más, ya en el siglo XX, la misma Revolución Mexicana, con su política integrista encaminada a absorber a los indios a la población nacional, nunca quiso de veras cambiar esa situación. Ni qué decir de su producto tardío, el Instituto Nacional Indigenista, que no pasó ni aceptó pasar de eso: indigenista. Luego, de la época de Salinas para acá y tras el levantamiento armado en Chiapas, si algo ha distinguido a la sociedad mestiza y sus gobiernos, es el hablar bonito sobre los indios, mientras no dejan de promover toda la fragmentación social necesaria para continuar reproduciendo una nueva dominación colonial.
¿Gustan un ejemplo? Pongamos entonces la fragmentación o discriminación social fincada en diferencias lingüísticas. En tanto los grandes corporativos de radio y televisión no dudan en retar al Estado para mantener y acrecentar sus canonjías, hace unos días el Estado no dudó en utilizar el uso de la fuerza para acallar dos humildes radios comunitarias, Eiámpiti, 89.1 fm de Nuevo San Juan Parangaricutiro y la 104.4 fm de la comunidad hermana de Ocumicho, acá en la Meseta P´urhépecha. Sigue suponiendo, quizá, que el grupo dominante, caracterizado por los intereses de Televisa y Televisión Azteca, es racial y culturalmente superior; que al dominado, sin el poderío económico de esas corporaciones y con una lengua minoritaria, social y económicamente inapropiada, lo único que le va es continuar subordinado. Como dice la gente de bien: el indio, en su hábitat y con su traje típico, se ve más bonito. Es decir, que el indio se quede así. Como receptor. ¿O no se hizo para gente como él el Programa de Oportunidades? Porque al indio con su pobreza, con su aislamiento, con su lengua exótica, con su folklor, no le queda ser rector. Ni amo y dueño de su propio destino. Mucho menos, de sus propios medios de comunicación.
Por eso el Estado defiende a Televisa. Porque al igual que la radio nacional, esa empresa sí entiende que para que todo siga igual, debe transmitir en su programación el sistema de valores del grupo al que pertenece. Ése, el dominante, donde anidan y se revuelcan los poderes fácticos, tipificados tanto por los grandes empresarios, como por ésos sus fieles portavoces, los que gritan y cobran en la Cámara de Diputados. De ahí que nunca se haya cumplido con los Acuerdos de San Andrés, ni pretendido cumplir con la Carta Magna. Y es que los actuales Medios le han servido al grupo dominante de manera tan eficiente, que han logrado que un creciente número de indios hayan aprendido a verse a sí mismos con los ojos que ellos les miran. De modo que aquéllos, para encontrarse como seres humanos y aceptarse como auténticos mexicanos, han terminado por negar su calidad de indios. Y como en el sistema de relación indomestiza el idioma juego un papel preponderante, entonces que el castellano sea la lengua de prestigio.
De ahí la impostergable necesidad de las Radios Comunitarias. Éstas se justifican precisamente porque reclaman una relación igualitaria. Justa. Nacieron y se multiplican, porque el pueblo indio intuye que si pierde su lengua, pierde su cultura. Y su territorio. Y su identidad. Y su autonomía. El pueblo indio las necesita para aceptarse y manifestarse como indio y así luchar contra esa inferioridad que le atribuye una visión nacional colonialista. Las necesita para seguir vivo: no poder expresarse equivale a etnocidio. Las necesita para desacralizar todo lo que representa Televisa. Las necesita para seguir creando un nuevo lenguaje de Nación donde se despoje a cualquier grupo social de su categoría de maldito. Las necesita, al igual que el resto de los mestizos, para cumplir el Artículo 2º de la Constitución que define a nuestra Nación como una entidad pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas.
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