Reportear con miedo
Londres, 2 de marzo (apro).- México es el lugar más peligroso para ejercer la profesión del periodismo en América Latina, y los reporteros, fotógrafos y camarógrafos freelance han quedado en el centro de esta peligrosa espiral de violencia: son víctimas de amenazas, persecuciones y hasta de asesinatos.
Esta fue una de las contundentes conclusiones a la que llegó un estudio realizado en México, entre los meses de febrero y septiembre de 2007, por la Fundación Rory Peck, con el apoyo del Open Society Institute de Londres.
El informe de 51 páginas, presentado el 28 de febrero en el archivo del periódico The Guardian, en la capital británica, evaluó la precaria situación laboral y profesional de los trabajadores de prensa ante la escalada de violencia que, indicó, no cesa en México.
De acuerdo con el documento --el primero de su tipo presentado en el mundo--, los reporteros independientes en México son los más vulnerables ante situaciones de violencia y maltrato, ya que suelen ser víctimas de amenazas, golpes, secuestros, desapariciones y asesinatos.
Según el reporte de la Fundación Rory Peck, organización establecida en 1995, y que tiene como objetivo fomentar el bienestar personal y seguridad de periodistas independientes, “la convivencia con la inseguridad es la forma más corriente a la que se enfrentan a diario en distinto puntos del país los trabajadores de prensa freelance”.
Señala que este tipo de periodista está sometido a la presión de resolver primero cómo salvaguardar su vida ante el peligro y las amenazas, para luego poder buscar la información y reportar su investigación.
La Fundación Rory Peck realizó este informe para, dijo, conocer la vulnerabilidad de los profesionales independientes que “enfrentan las amenazas de grupos ilegales y del crimen organizado, así como precarias condiciones laborales”.
Destacó que --aunque es muy activa la presencia del crimen organizado en ataques e intimidaciones a la prensa--, “51% de los freelancers denunció que miembros del gobierno (funcionarios), policías y militares concentran las amenazas a su integridad física”.
Mal pagados y amenazados
También incluyó como parte del documento un sondeo entre estos periodistas que da cuenta del problema en México: 36% confía en dar a conocer a su medio la amenaza o ataque de que son objeto y sólo 11% confía en hacerlo a la justicia.
Sin embargo, 34% dijo que prefiere no denunciar la amenaza, algo que la fundación considera “como una muestra de desconfianza en los poderes públicos, lo que a su vez genera impunidad”.
Otro dato interesante: 32% de los reporteros trabaja de forma independiente porque es su única opción de trabajo, mientras que 86% trabaja en dos o más medios de comunicación al mismo tiempo para obtener ingresos para cubrir sus necesidades económicas.
Según la encuesta, 59% envía sus materiales para periódicos y revistas, mientras que 60% admite que no cuenta con ingresos regulares. Un 71% dijo que sólo escribe o trabaja para uno o varios medios mexicanos, mientras que sólo 6% lo hace para medios extranjeros.
Del total de los entrevistados, 34% dijo que aborda sobre todo temas de política, y 18% temas que competen al ámbito social. La investigación dio cuenta que el ingreso promedio de un reportero freelance en México es de entre 300 y 500 dólares mensuales.
En ese sentido, 65% dijo que no cuenta con seguros de salud y de vida y que adolece de equipo de trabajo, en tanto que 50% denunció haber recibido algún tipo de amenaza de muerte.
En un desglose sobre las amenazas, 33% dijo que las recibió por parte de agentes del gobierno; 29, de policías o militares; otro 29, del narcotráfico, y 11%, de particulares.
Un 40% admitió que las amenazas fueron principalmente orales, en tanto que 31% denunció que fueron telefónicas, y 2% sufrió amenazas de secuestro.
El 13% identificó como principal necesidad para desarrollar su profesión “la libertad para trabajar”.
La Fundación Rory Peck subrayó siete problemas centrales de los periodistas independientes. Destaca el siguiente: la mayoría trabaja con los medios de manera informal, a partir de acuerdos verbales, y no cuenta con prestaciones de las empresas donde publican sus trabajos ni con organizaciones sindicales o gremiales que defiendan sus derechos.
También subrayó que muchos de ellos requieren de cursos de entrenamiento y actualización, y denunció que en muchos casos no se respeta el derecho de autor de los fotógrafos.
Otro dato del que da cuenta el documento: la opinión pública tiene una “muy baja” percepción de respeto a su trabajo.
Durante la presentación del informe en Londres, se llevó a cabo un debate sobre la situación mundial de los periodistas independientes. Lo moderó Peter Barron, editor del programa Newsnight de BBC2. Y en él participaron María Idalia Gómez, periodista freelance, reportera de la Unidad de Respuesta Rápida en México de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), galardonada con el Premio Planeta de Periodismo 2005; Todd Baxter, jefe de fotografía y productor visual para CNN Londres; y Phil Cox, periodista y productor independiente, ganador del premio Sony al Impacto Internacional en los Premios Rory Peck 2004.
Pedro Enrique Armendares, director ejecutivo del Centro de Periodistas de Investigación (CPI) y miembro del Comité de Consejo en México del Rory Peck Trust, declaró en el informe que “la frágil democracia mexicana necesita urgentemente un periodismo objetivo y crítico”.
“Desafortunadamente este país no ha sido capaz de brindar un entorno en el que los periodistas independientes puedan realizar su trabajo sin temer por su integridad personal o incluso por su vida”, subrayó.
La Fundación Rory Peck, que asiste a los familiares de periodistas independientes fallecidos en el cumplimiento de su labor, y que da ayuda económica a los periodistas que trabajan por cuenta propia en el campo noticioso y de actualidad seriamente lesionados, encarcelados, que viven en el exilio o sufren persecución, lanzó el documento en el marco del llamado Programa de Buenas Prácticas en México.
Según el organismo independiente, dicho programa tiene como objetivo contribuir al mejoramiento en la calidad de vida de los periodistas independientes en México y hacer posible que trabajen en un ambiente de seguridad y libertad, con mejores sistemas de apoyo y respeto a sus derechos.
“Descubrimos que una gran cantidad de freelancers no se reconocen a sí mismos como tales o no son conscientes de la importancia del papel que desempeñan en las democracias emergentes, al proporcionar al público en general un punto de vista independiente”, escribe en el informe Nadine Jurrat, subdirectora del organismo.
De mal en peor
Por su parte, Olga Rosario Avendaño, periodista de Oaxaca, explicó que los salarios magros y las restricciones para manejar ciertos temas en periódicos locales, fueron puntos fundamentales por los que varios periodistas del estado de Oaxaca optaron por convertirse en reporteros independientes.
“Trabajar de manera independiente tiene ventajas y desventajas. Entre las ventajas está la de tener más libertad para abordar ciertos temas, sobre todo sociales y poder ofrecerlos a medios nacionales e internacionales, porque hay temas que en Oaxaca, al igual que en otros estados de la República Mexicana, están vetados para muchos reporteros locales. Si se trabaja en un medio local, difícilmente se puede cuestionar a las autoridades estatales sobre temas como corrupción o tráfico de influencias”, cuenta la reportera en el informe.
En una entrevista con Apro, Darío Fritz, periodista y coordinador del programa, indica que ni el gobierno del presidente Felipe Calderón, ni el de Vicente Fox han respetado “en los hechos” a la prensa.
Comenta que los periodistas han señalado que enfrentan principalmente la violencia, tanto de fuentes gubernamentales --funcionarios, policía y militares-- como del narcotráfico. Ello incluye amenazas, ataques, levantotes y hasta asesinatos.
Después, señala, los periodistas independientes que trabajan en México señalan problemas de tipo laboral y social, así como aquellos provocados por los bajos salarios, la falta de prestaciones y de equipo.
Dice que estos periodistas también enfrentan problemas de acceso a las fuentes porque el trabajo del freelance no se reconoce. Comenta que sin credencial que los acredite como miembros de un medio, es muy difícil que accedan a funcionarios y oficinas gubernamentales.
Así mismo, expresa, “está el tema de la corrupción, que genera trabas, ya sea porque no se quiere comprar su trabajo periodístico o porque se quiere comprar la conciencia” de algunos de ellos.
--¿Sufren los freelance más violencia que los periodistas contratados? ¿Existe una diferencia en cuanto a regiones en México?
--La violencia va por igual: sea un trabajador permanente de un medio o sea un freelance. Lo que hay que aclarar es que el concepto de freelance incluye al tradicional, porque le interesa trabajar así para no depender de una oficina, y a aquel que está en las empresas, prácticamente de fijo, pero sin recibir prestaciones. Decir que unos son más afectados que otros por la violencia, es imposible de medirlo. Lo que sí hemos visto es que la violencia pega por todos lados: desde los policías en la calle hasta los militares. Ello les va a afectar directamente, ya sea por amenazas, ataques, levantotes o asesinatos.
En cuando a regiones, señala que existe una diferencia. Dice que en estados como Sinaloa, Guerrero, Morelos o Michoacán, los periodistas “se ven afectados por la violencia generada por el narcotráfico y por grupos policiales”. En otros estados, como San Luis Potosí o Querétaro, “la intimidación surge de grupos que tienen que ver con el Estado, que te tratan de censurar y evitar investigaciones periodísticas”.
Añade que “donde existen caciquismos políticos, como en el caso de Chiapas, de Guerrero o en el centro del país, desde el Estado se siguen aplicando las viejas prácticas del control sobre la información”.
--¿Por qué cree que existe tanta diferencia entre la situación de los freelancers en países como Gran Bretaña y México?
--Eso tiene que ver con cuestiones económicas y culturales. También un ingeniero va a ganar mucho mejor en Europa que en América Latina. Lo que ocurre en México es que la misma estratificación social que se da en la sociedad, se da en la prensa. Los directivos ganan muy buenos ingresos y no tienen tantos problemas de amenazas, y los periodistas ganan muy mal, son los que hacen el trabajo más duro y los más afectados por las amenazas y ataques. Tiene que ver con la cuestión del desarrollo cultural: la prensa trata de ser maniatada bajo viejos esquemas de organización del poder político. En cuanto a Europa, esas cosas se han superado bastante y hay muchas más libertades y respeto para informar.
--¿Cuál cree que es la relación que tiene el gobierno de Calderón con los periodistas independientes? ¿Cuál cree que debería ser la respuesta del gobierno para los periodistas?
--Tanto el gobierno de Calderón, como antes el de Fox, lanzó un discurso de respeto hacia la prensa. Pero en los hechos, eso no se ve.
Explica: “El gobierno otorga la publicidad de manera discrecional, de acuerdo a si se habla bien o mal de él. Por lo demás, en este punto no se ha legislado. Sobre los casos de violencia, existen más de 20 periodistas muertos del 2000 a la fecha, así como varios casos de desaparecidos. El Estado no ha resuelto ninguno de esos casos. Aunque se han abierto algunas causas penales, no se han investigado ni existe ningún detenido y mucho menos un enjuiciado.
“Entonces –continúa-- el Estado está fallando, tanto en otorgar seguridad a la prensa para el libre ejercicio de su labor como para resolver los ataques que hay hacia la prensa, que le compete resolver”.
--¿Por qué cree que México es considerado el peor país en América Latina en cuanto al ejercicio de la profesión de periodista?
--Bueno, eso es una medición que han hecho organismos internacionales como Reporteros Sin Fronteras o la Sociedad Interamericana de Prensa. Esto tiene que ver más que nada con la indefensión que se ha creado en México para la prensa, a partir del cambio del sistema político, que nace en el 2000. Un gobierno único que se mantuvo por 70 años deja el poder y con el cambio de gobierno del 2000 todo eso se trastoca y hay muchos huecos libres, donde aparece la violencia. En ese lugar, la prensa va de mal en peor, no tanto porque no se dedique a investigar o remover heridas, sino porque hay más información pública de la que había antes y porque hay factores de poder, como pueden ser las mafias del narcotráfico, que han ido creciendo.
Y apunta: “El Estado no tiene absoluto control en el país para impedir que éstas se sigan desarrollando como hasta ahora”.
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