Agresión contra el compañero foto reportero Jesús Hernández, de Cuarto Poder.
Sigamos permitiendo esto y después no nos quejemos de lo que nos pase a nosotros.
Aproximadamente a las 04:30 horas de este domingo 29 de marzo, Jesús Hernández y su novia se encontraban a la altura del libramiento sur, entre las calles 8a y 9a Poniente esperando un taxi después de haber asistido a una fiesta.
En ese momento, la patrulla PT 344 pasó por el lugar y de modo altanero le preguntó al compañero qué le estaba haciendo a “la chava”.
Jesús contestó que nada y Karen lo ratificó. Los policías, con su acostumbrada prepotencia le dijeron que no se pusiera pendejo porque se lo iban a llevar.
Entonces Jesús les preguntó que cual era el delito y los policías titubearon un momento y respondieron que por ebrio.
El compañero entregó su mochila con el equipo fotográfico a su novia, para evitar robos o que le “sembraran” algo en caso de que lo obligaran a subir a la patrulla.
Los policías le dijeron que si se sentía muy chingón y uno de ellos le dobló el brazo a la espalda y lo estrelló contra la cajuela de la unidad, provocando que se golpeara fuertemente en la boca, manteniéndole presionada la quijada contra el metal de la patrulla.
Jesús le gritó a Karen que tomara fotografías y ella sacó la cámara de la mochila, momento en que el otro patrullero se fue contra ella y la tomó de las manos forcejeando para evitar que tomara las gráficas.
En eso estaban cuando arribó otra unidad preguntando que dónde estaba el auto, ya que al parecer creían que sus compañeros habían detenido un vehículo. Al no haber ni vehículo ni delito, los patrulleros le dijeron a sus compañeros que le bajaran y procedieron a retirarse.
Jesús en ningún momento se identificó como comunicador. Aunque se trató de hablar con José Rubén Cruz Aguilera, director de Tránsito Municipal, éste no respondió el teléfono, que mandaba a buzón.
No es la primera vez que un reportero es agredido por policías de Tuxtla Gutiérrez y destaca la negligencia de Rogelio Hernández de la Mata, quien no pierde oportunidad para ostentarse como Mayor de Caballería del Ejército Mexicano y que, sin embargo, demuestra una actitud contraria a la misión que le corresponde solapando la violación a los derechos humanos en contra de la ciudadanía por parte de sus elementos.
Como es del conocimiento de muchos compañeros reporteros, el funcionario permite las agresiones de la Policía y prefiere culpar a la misma ciudadanía, tratando de hacer ver que sus elementos son las víctimas, sin ningún escrúpulo para mentir.
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