Un periodista entre rejas en Guanajuato
Reporteros sin Fronteras pide explicaciones a la justicia federal
Reporteros sin Fronteras manifiesta su preocupación después de que, el 15 de mayo de 2008, confirmaran la detención preventiva de Jesús Lemus Barajas, director del diario El Tiempo, con sede en La Piedad (Estado de Michoacán, Sudoeste). Detenido por la policía el 7 de mayo en Cuerámaro, en el vecino Estado de Guanajuato, donde investigaba el tráfico de droga, le acusan de haberse dedicado al narcotráfico por cuenta de “La Familia”, una rama del poderoso cartel del Golfo.
“Mientras causa estragos una nueva oleada de violencia relacionada con el narcotráfico, salpicada por el asesinato de varios altos responsables policiales, el ambiente es menos propicio para una justicia serena que para los arreglos de cuentas. Por desgracia tenemos motivos para pensar que Jesús Lemus Barajas ha sido víctima, a la vez, de ese contexto y de sus reportajes, sin duda molestos para algunas autoridades. El caso parece muy débil, más que nada porque en ningún momento se ha evidenciado la menor prueba material de la culpabilidad del periodista. Nos sentimos preocupados por algunas revelaciones, que hablan de los malos tratos que ha podido sufrir en su detención, justamente cuando el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos acaba de denunciar que las fuerzas del orden mexicanas practican la tortura. Esperamos, a este respecto, los resultados de la investigación abierta por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Igualmente, pedimos a las autoridades federales explicaciones claras y argumentadas sobre los motivos exactos de esta detención”, ha declarado Reporteros sin Fronteras.
El 7 de mayo de 2008, cuando estaba haciendo un reportaje sobre las “rutas del narcotráfico” en el sur del país, Jesús Lemus Barajas acudió a Cuerámaro acompañado de dos de sus fuentes. Unos agentes de la policía ministerial de Guanajuato interceptaron a los tres hombres. Vladimir Camacho, abogado del periodista, ha explicado a la organización que su cliente, y sus informadores, fueron llevados por separado hasta una casa de la periferia de Cuerámaro. Retenidos durante cuarenta y ocho horas sin posibilidad de contactar con el exterior, sufrieron enérgicos interrogatorios durante toda la jornada del 8 de mayo antes de que, al día siguiente, les trasladaran a la cárcel de Puentecilla, donde la Procuraduría General de la República (PGR) se hizo cargo del caso. El 15 de mayo confirmaron que el director de El Tiempo sigue detenido preventivamente.
Según un comunicado de la Procuraduría de Justicia del Estado de Guanajuato, los tres reos están acusados del delito de “instigación a la delincuencia organizada”. Las instancias judiciales del Estado sostienen que Jesús Lemus Barajas y los otros dos acusados “han intentado sobornar a las autoridades locales para llevar a cabo operaciones de reventa de droga”. La PGR, citada en la edición del 17 de mayo del diario Correo de Guanajuato, ha utilizado la misma fórmula, añadiendo que Jesús Lemus Barajas “se habría hecho pasar por periodista” con el objetivo de acercarse a algunos funcionarios de policía y “garantizarse impunidad para las operaciones de reventa de droga” por cuenta de “La Familia”, un clan a sueldo del cartel del Golfo.
En una carta dirigida a los medios de comunicación el 18 de mayo, de la que Reporteros sin fronteras tiene una copia, Jesús Lemus Barajas niega las acusaciones que se le imputan y denuncia las condiciones de sus dos primeros días de detención, durante los cuales le pegaron, torturaron y amenazaron de muerte. La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha dicho a Reporteros sin Fronteras que, tras visitarle en la cárcel de Puentecilla, ha abierto una investigación sobre las circunstancias de la detención del periodista. Por otra parte, la CNDH ha señalado que Jesús Lemus Barajas estuvo hablando con funcionarios de la Procuraduría Local de Guanajuato, en el marco de su investigación sobre el narcotráfico en el sur de México.
Jesús Lemus Barajas fundó El Tiempo en 2006, después de estar cinco años colaborando en La Voz de Michoacán y ser corresponsal regular del diario nacional La Jornada. En marzo de 2008, el periodista denunció una campaña de acoso del alcalde de La Piedad contra los medios, que culminó con la detención de dos reporteros de El Tiempo, acusados de “incitación a la rebelión”, cuando cubrían un motín delante del palacio municipal. Jesús Lemus Barajas también criticó la concesión no equitativa de la publicidad oficial de la alcaldía, y algunas actuaciones intimidantes de la policía contra los vendedores callejeros de El Tiempo.
A los medios de comunicación
A la opinión publica
Puentecillas, Gto. 18 de mayo 2008
Agradezco antes, la molestia de destinarle un momento de su tiempo a estas letras, trataré de ser breve, aunque mi situación no lo pueda ser tanto.
No puedo decir que soy un preso político o un perseguido por mis ideas sociales, tampoco me puedo acreditar como un preso de conciencia, pero si como un periodista agraviado por la fuerza exagerada del estado.
Yo trabajo en el periodismo desde hace casi 20 años y nunca había respirado el clima de incertidumbre que se siente entre los que trabajamos bajo el mandato soberano de la sociedad, siendo mensajeros únicamente de lo que pasa en ese tejido.
La libertad de expresión en nuestro país es como una estrella que centella a lo lejos y amenaza con dejarnos a obscuras, como primer síntoma del desmoronamiento de la misma sociedad, porque el estado no ha sido capaz de garantizar las mínimas libertades a la población.
El caso es que desde el día 7 de mayo del año en curso me veo machacado por el agudo engranaje de la justicia en Guanajuato, bajo la acusación de ser parte de una red del narcotráfico en La Piedad, Michoacán, se me ha instruido un proceso penal por los presuntos delitos de delincuencia organizada y delitos contra la salud en la modalidad de fomento, cargos que por su naturaleza y mi condición de hombre recto debo de rechazar, pues aun cuando confió en la justicia de Dios estoy siendo sujeto a las leyes del hombre, es evidente que han confabulado diferentes personas para dar esta envestida moral, no tanto a J. Jesús Lemus, si no a la parte critica de la sociedad.
Señalo que fui secuestrado, violentado y torturado por un grupo de personas que se identificaron como elementos de la policía ministerial de Guanajuato, quienes me mantuvieron incomunicado desde las 12:50 horas del miércoles 7 de mayo hasta las 20:10 horas del viernes 9 de mayo. Trataré de narrar lo que pasó en ese transcurso: al menos 7 elementos de la PGJE de Guanajuato me detuvieron cerca de Cueramaro, donde yo realizaba un reportaje denominado “Las nuevas rutas del narcotráfico”, el que fue solicitado por algunas agencias informativas con las que colaboro, siendo el caso por el que intercepte a un comandante de la PGJE en esa plaza, mismo que me esposo, junto con 2 de mis fuentes informativas, subiéndonos a una camioneta blanca sin identificación oficial de la misma forma , los supuestos policías fuertemente armados, no tenían identificación oficial visible nos trasladaron a la carretera Irapuato-Silao, donde cambiaron de vehículo y nos encapucharon, para llevarnos a lo que al parecer es una casa de seguridad de la PGJE de Guanajuato, allí estuve desde las 14 horas aproximadamente hasta las 16 horas del día siguiente en el transcurso de ese lapso fui torturado física y mentalmente por los que se presume son agentes de la PGJE en todo momento antes de recibir un golpe en cara, en la cabeza, en la espalda, en las manos, en las nalgas, toques en los testículos, me preguntaban por mi relación con las células del narcotráfico y aseguraban que me iban a plantar droga en mi vehículo, cosa que afortunadamente no sucedió.
En el transcurso de estas horas –las mas largas y terribles de mi vida- fui sometido a la voluntad de los policías que me golpearon al no soportar la venda en mis ojos y el agua oxigenada corriendo a través de las fosas nasales, también fui obligado a correr con los ojos vendados y descalzo, esposado, por el cerro en mitad de la noche y mientras algunos elementos de la policía disparaban sus armas a solo centímetros de la cabeza, gritando que corriera y que si les ganaba la carrera me dejarían libre. Después de la tortura fui presentado ante un agente del MP del fuero común, que me notificó que estaban siendo acusado por los delitos arriba mencionados y sin tomarme declaración me remitió al MP federal de León, donde el trato ya fue humano y digno, siendo remitido luego al CERESO de Puentecillas en Guanajuato.
Vivo desde hace días no solo en la celda numero 8 del área de máxima seguridad del penal, si no en la zozobra y angustia de ver la reputación de mi persona en el suelo, y el riesgo que de mi libertad de expresión no pueda ser ejercida como lo plantea la constitución politica del país.
Claro que el caso es una linda oportunidad para destrozarme socialmente y ello lo han conversado a aprovechar algunos de mis retractores, que han comenzado a forzar sus afiladas lenguas sobre mi persona, sin medir el riesgo social que pueda reprendan este hecho, pues así tuviera a -J. Jesús Lemus que es solo un hombre y un hombre en este ejercicio- sino a todo el que ejerce el periodismo como forma de vida y columna integral.
J. Jesús Lemus Barajas
jesus por favor eres muy habil con las palabras no somos tus detractores solo es hora que aceptes la realidad como hombre responsable de tus actos, ellos eran tus amigos poderosos de los que hablabas al amenazar a tanta gente en la piedad? es solo una pregunta. no te escudes en el periodismo que es tan importante y durante veinte años lo has manchado con tu conducta cotidiana, los que sena de otro lado antes de creer esta historia bonita pregunten a cualquiera de la piedad un 99% de la poblacion les dira la realidad de quien es jesus lemus, tan contundente como esto gracias
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