miércoles, noviembre 15, 2006

CHIAPAS: ERUCTOS DE LA LEY

Tubo de ensayo
René Delios 14-nov-2006
*Eructos de la ley


Angel Mario Ksherato fue detenido nuevamente, ya no por la demanda aquella por difamación –aprovechando la oscura ley mordaza-, sino por reincidir en desacato a la ley, al no ir a firmar cada fin de semana, al El Amate, ese penal de alta seguridad que otrora Cerro Hueco, ya volvió a ser negocio exclusivo de los “precisos”.

Nada del otro mundo; sucede en todos los penales del orbe, para beneficio de unos cuantos “jefes” que controlan los sistemas penitenciarios.

Ya hasta Reporteros sin Fronteras condenó “el ensañamiento judicial” –porque es cierto: ¡No mamen! ¿Cuántos cientos de cabrones no van a firmar en todo el estado? Y, no los persiguen como a nuestro compañero. Luego se quejan de que se diga que hay funcionarios represivos en el servicio público, que le hacen un flaco favor a la administración pablista, de sí no muy bien vista por la inteligencia libertaria, por ésta ley retardataria, aun todos los logros hechos y alcanzados con concreto y asfalto y tendidos eléctricos e hidráulicos.

Angel Mario Ksheratto, del diario local Cuarto Poder, fue arrestado y remitido hasta El Amate a causa de que no habría respetado las condiciones del control judicial. El 11 de noviembre, unos funcionarios de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) –las vocales a guevo entran, primo-, detuvieron al periodista.

Ya antes, había cumplido por lo mismo de no firmar –terco el primo-, dieciocho días de detención, entre el 4 y el 22 de febrero de éste año, antes de quedar en libertad tras pagar una fianza de 100 mil pesos en una entidad dónde el sueldo mínimo no supera los cuarenta y dos pesos diarios, 5.15 pesos la hora.

Quiero decir que en Chiapas no se gana ni lo de un kilo de carne.

Pero los jueces multan desproporcionadamente, como si el país o la entidad fuera boyante, en una idea equívoca de que eso coadyuva a la readaptación social, cuando solo contribuye a mantener la sobre población en los penales -¿O les será conveniente?-, al no contar el sancionado con lo suficiente para su libertad.

Pero Ksherato sí contó; lo liberamos sus amigos que convocamos a una coperacha sin precedentes en Chiapas, respuesta que atribuyo más a la idea popular de combatir de ésta forma a los que atentan en contra del pensamiento libertario.

María del Pilar López Hernández, denunció a Ksherato de difamación, y que mejor que estrenar la retardataria norma en un columnista de Cuarto Poder, periódico adverso al régimen, no por criterios periodísticos, hay que ser ciertos, sino por diferencias al no aceptar Salazar un convenio por millón y medio mensuales, que trataba de imponerle el diario y que Salazar, en su derecho como responsable de la administración pública, no aceptó y la cosa llegó a tintes personales, en la que han participado funcionarios de todos los niveles, como los periodistas de ese diario, y eso, es precisamente, lo criticable, pues de ambos lados se ha pisoteado la ética profesional.

Es pues que la denuncia por “difamación” a Angel Mario Ksheratto, por decir que la niña estaba implicada en un caso de desvío de fondos públicos, fue el origen de todo éste desmadre.

Según la legislación local, más severa que en los demás Estados del país, al periodista terrible habría que sancionarle de cinco a nueve años de cárcel y a una multa estratosférica, para que se eduquen todos los demás tundemáquinas, y aprendamos que, con los señores funcionarios de la procuración y administración de justicia, con la clase política que ha usufructuado el erario público a modo durante sexenios, nos chingamos, ahora, más que nunca, carnal.

La vaina es que Angel Mario Ksheratto ha sido detenido cuatro veces: en enero de 2003, octubre de 2005, en febrero y noviembre de 2006. Si no se ve la saña, no sé como le llaman. Yo, por mi parte, le digo persecución sistemática.

En cada una de las ocasiones se le ha acusado de faltar a su obligación de firmar, una vez por semana, en el registro de fianzas. Una formalidad que le obliga a un desplazamiento de 90 km. de su centro de trabajo y residencia.

No me imagino la sonrisa de satisfacción de María del Pilar López Hernández.; ella también pasó a la historia de Chiapas.

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