manuel robles
México, D.F., 16 de noviembre (apro).- José Manuel Nava Sánchez, exdirector del periódico Excelsior, fue encontrado muerto en su departamento de la colonia Juárez de esta ciudad.
La mujer que realizaba la limpieza en el domicilio de Nava, encontró el cuerpo del periodista y de inmediato dio parte a las autoridades.
Paramédicos de la Cruz Roja que acudieron al lugar, dijeron esta mañana que el cuerpo del periodista se encontraba recostado en la sala de su departamento, donde las cosas estaban en orden y no faltaban, al parecer, objetos de valor. El único detalle extraño fue que el radio estaba encendido, a todo volumen.
Peritos de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal afirmaron que la chapa de la puerta principal no estaba forzada y se percataron de que Nava, quien tenía ocho horas de haber fallecido, presentaba siete lesiones en el pecho y cuello, producidas por un arma blanca.
Guillermo Zayas, director de Homicidios de la procuraduría capitalina, se hizo cargo de las investigaciones del crimen, cuyo móvil de ignora.
Nava, quien fue el penúltimo director de Excelsior cuando el diario era controlado por la cooperativa, salió de él en medio del enésimo enfrentamiento por la dirección del periódico que, tras la expulsión de Díaz Redondo, encabezaron Patricia Guevara, Armando Sepúlveda y el mismo Nava, quien fue sustituido por Armando Heredia Suárez, actual director de Producción en el periódico propiedad de Olegario Vázquez Raña.
Nava denunció entonces que “un grupúsculo de traidores emboscados” selló a medianoche las oficinas de la dirección del diario, del que fue expulsado ilegalmente.
Nombrado director de Excelsior el 21 de febrero de 2004, Nava se inició como reportero de éste diario en 1976, luego del golpe asestado por el presidente Echeverría al Excélsior de Julio Scherer Garcia. Fue corresponsal de guerra en Centroamérica, Vietnam y en la guerra Irán-Irak. A partir de 1982, fue corresponsal de Excélsior en Washington, donde trabajó durante 22 años.
Es autor del libro El vortex del mal.
Complicidades
Apenas el pasado 7 de noviembre, Nava presentó su nuevo libro El asalto final, en un acto realizado en el Orfeo Catalá de México, ubicado en Marsella 45, colonia Juárez, al que acudieron excompañeros y amigos del periodista, quien dirigió Excelsior en su última etapa de su vida como sociedad cooperativa.
De acuerdo con una crónica de la presentación del libro del periódico ANN en línea, en su trabajo, Nava afirma que “la traición interna, el gran capital y la complicidad del gobierno de Vicente Fox, ocasionaron el colapso del periódico que, a la caída de Regino Díaz Redondo, durante cinco años, lucho por sobrevivir para mantener una fuente de trabajo de 1,400 cooperativistas”.
En el presídium acompañaron a Nava, Eduardo Luis Feher, Gustavo Rentería, Mario Ruiz de Chávez y Octavio Colmenares, quienes hablaron de la trayectoria del exdirector del Excelsior y su trabajo al frente de esa casa editorial.
Además, se refirieron al abandono en que el gobierno federal dejó a las sociedades cooperativas, por lo que muchas de ellas desaparecieron.
De acuerdo con esa información, al hablar de su libro, que escribió tras su salida de Excelsior, Nava afirmó que “el gobierno de Fox contribuyó con su complicidad a la caía del periódico, ya que, a través de Hacienda y el Sistema de Administración Tributaria y del IMSS, se le acosó con deudas millonarias que rebasaron su capacidad de pago, por no cubrir impuestos y cuotas obrero-patronales”.
“El IMSS fue seleccionado como líder del hostigamiento contra Excelsior. Mantenía una agresiva intervención en la caja de la cooperativa y una política deliberada de mantenerla al borde del patatús cuando tan a menudo su interventor se negaba a autorizar pagos para los insumos más básicos, como papel y tinta, sin los cuales evidentemente el periódico no podía salir al día siguiente”, dijo Nava.
Además, contó que, durante un viaje a bordo del avión presidencial, Fox habló con él y le prometió que, con la intervención del secretario de Gobernación, Carlos Abascal, “se atendería el problema de Excélsior para encontrar una solución de fondo”.
Añadió que cuando fue a ver a Abascal, “lejos de encontrar a un funcionario con la mente abierta a la búsqueda de soluciones, estaba un Abascal soberbio, petulante, indispuesto al diálogo productivo. Para los trabajadores de Excelsior, para la empresa de interés social, las puertas estaban cerradas en el gobierno federal para encontrar una solución al problema”.
Según ANN en línea, Nava también habló del “enemigo íntimo”, “aquel que saboteaba la rotativa que, prendida de alfileres, amenazaba desarmarse en cualquier momento por falta de mantenimiento y refacciones y que sólo funcionaba gracias al talento y trabajo duro de trabajadores fieles a la institución”.
Señaló que el “enemigo era el que desarmaba en las madrugadas las destartaladas computadoras con las que trabajábamos; el que se robaba piezas de esas computadoras con el sólo objetivo de sabotear a su propio periódico; el que orinaba y defecaba en las escaleras del edificio; el que literalmente arrancaba los excusados y los lavabos de los baños y los extraía de las instalaciones `sin que nadie se diera cuenta`; el que conspiraba sin cesar para desestabilizar y destruir a la institución; el cobarde que publicaba panfletos anónimos, algunos instigando a la destrucción intencional y total de las instalaciones”.
Nava acusó directamente a los “enemigos y parásitos internos que, finalmente, cómplices del presidente del Administración, Armando Heredia Suárez, y del gerente general, Francisco Javier de Anda Herrera, entregaron la última cooperativa periodística de México al gran capital”.
En su intervención, según la misma fuente, Nava habló también de empresas “amigas” que brindaron al diario “apoyo y comprensión”, como la Compañía de Luz y Teléfonos de México.
“Teléfonos de México, que aunque nos apremiaba por un adeudo millonario, siempre se mostró solidaria con Excelsior. Igualmente solidarias fueron algunas agencias de noticias, como la española EFE y la mexicana Notimex“.
Señaló que merecían un “reconocimiento especial” la agencia estadunidense AP y la británica Reuters, las cuales “nos apoyaron hasta el límite de sus posibilidades” Sin embargo, dijo Nava, “a pesar del apoyo y solidaridad recibidos, Excelsior no pudo sobrevivir, por lo que, al final de cuentas, tres factores invencibles se confabularon en la liquidación de Excelsior: la traición interna, el gran capital y la complicidad del gobierno”.
Afirmó: “Esta complicidad se reveló cuando el empresario Olegario Vázquez Raña ofreció comprar la cooperativa y milagrosamente desaparecieron las enormes deudas que el periódico tenía con la Secretaría de Hacienda –tres mil millones de pesos-- y con el Seguro Social –dos mil millones de pesos--, así como los delitos de evasión fiscal que se le imputaban, sobre todo porque Francisco Gil Díaz, titular de Hacienda, decía que `el problema fiscal de Excelsior era irresoluble, puesto que el adeudo era muy superior al valor total de la empresa`”.
De acuerdo con la nota, Vázquez Raña “pagó finalmente 536 millones de pesos por el periódico, que algún tiempo fue considerado uno de los 10 mejores del mundo y que fue el orgullo de los muchos periodistas que trabajaron en él”.
Empero, según Nava, “la venta se hizo en condiciones de `extrema irregularidad`, sin contrato de compra-venta, sin representantes con el poder legal suficiente para la transferencia del dominio y con los socios cooperativistas con los ojos vendados por el hambre y las falsas promesas”.
México, D.F., 16 de noviembre (apro).- José Manuel Nava Sánchez, exdirector del periódico Excelsior, fue encontrado muerto en su departamento de la colonia Juárez de esta ciudad.
La mujer que realizaba la limpieza en el domicilio de Nava, encontró el cuerpo del periodista y de inmediato dio parte a las autoridades.
Paramédicos de la Cruz Roja que acudieron al lugar, dijeron esta mañana que el cuerpo del periodista se encontraba recostado en la sala de su departamento, donde las cosas estaban en orden y no faltaban, al parecer, objetos de valor. El único detalle extraño fue que el radio estaba encendido, a todo volumen.
Peritos de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal afirmaron que la chapa de la puerta principal no estaba forzada y se percataron de que Nava, quien tenía ocho horas de haber fallecido, presentaba siete lesiones en el pecho y cuello, producidas por un arma blanca.
Guillermo Zayas, director de Homicidios de la procuraduría capitalina, se hizo cargo de las investigaciones del crimen, cuyo móvil de ignora.
Nava, quien fue el penúltimo director de Excelsior cuando el diario era controlado por la cooperativa, salió de él en medio del enésimo enfrentamiento por la dirección del periódico que, tras la expulsión de Díaz Redondo, encabezaron Patricia Guevara, Armando Sepúlveda y el mismo Nava, quien fue sustituido por Armando Heredia Suárez, actual director de Producción en el periódico propiedad de Olegario Vázquez Raña.
Nava denunció entonces que “un grupúsculo de traidores emboscados” selló a medianoche las oficinas de la dirección del diario, del que fue expulsado ilegalmente.
Nombrado director de Excelsior el 21 de febrero de 2004, Nava se inició como reportero de éste diario en 1976, luego del golpe asestado por el presidente Echeverría al Excélsior de Julio Scherer Garcia. Fue corresponsal de guerra en Centroamérica, Vietnam y en la guerra Irán-Irak. A partir de 1982, fue corresponsal de Excélsior en Washington, donde trabajó durante 22 años.
Es autor del libro El vortex del mal.
Complicidades
Apenas el pasado 7 de noviembre, Nava presentó su nuevo libro El asalto final, en un acto realizado en el Orfeo Catalá de México, ubicado en Marsella 45, colonia Juárez, al que acudieron excompañeros y amigos del periodista, quien dirigió Excelsior en su última etapa de su vida como sociedad cooperativa.
De acuerdo con una crónica de la presentación del libro del periódico ANN en línea, en su trabajo, Nava afirma que “la traición interna, el gran capital y la complicidad del gobierno de Vicente Fox, ocasionaron el colapso del periódico que, a la caída de Regino Díaz Redondo, durante cinco años, lucho por sobrevivir para mantener una fuente de trabajo de 1,400 cooperativistas”.
En el presídium acompañaron a Nava, Eduardo Luis Feher, Gustavo Rentería, Mario Ruiz de Chávez y Octavio Colmenares, quienes hablaron de la trayectoria del exdirector del Excelsior y su trabajo al frente de esa casa editorial.
Además, se refirieron al abandono en que el gobierno federal dejó a las sociedades cooperativas, por lo que muchas de ellas desaparecieron.
De acuerdo con esa información, al hablar de su libro, que escribió tras su salida de Excelsior, Nava afirmó que “el gobierno de Fox contribuyó con su complicidad a la caía del periódico, ya que, a través de Hacienda y el Sistema de Administración Tributaria y del IMSS, se le acosó con deudas millonarias que rebasaron su capacidad de pago, por no cubrir impuestos y cuotas obrero-patronales”.
“El IMSS fue seleccionado como líder del hostigamiento contra Excelsior. Mantenía una agresiva intervención en la caja de la cooperativa y una política deliberada de mantenerla al borde del patatús cuando tan a menudo su interventor se negaba a autorizar pagos para los insumos más básicos, como papel y tinta, sin los cuales evidentemente el periódico no podía salir al día siguiente”, dijo Nava.
Además, contó que, durante un viaje a bordo del avión presidencial, Fox habló con él y le prometió que, con la intervención del secretario de Gobernación, Carlos Abascal, “se atendería el problema de Excélsior para encontrar una solución de fondo”.
Añadió que cuando fue a ver a Abascal, “lejos de encontrar a un funcionario con la mente abierta a la búsqueda de soluciones, estaba un Abascal soberbio, petulante, indispuesto al diálogo productivo. Para los trabajadores de Excelsior, para la empresa de interés social, las puertas estaban cerradas en el gobierno federal para encontrar una solución al problema”.
Según ANN en línea, Nava también habló del “enemigo íntimo”, “aquel que saboteaba la rotativa que, prendida de alfileres, amenazaba desarmarse en cualquier momento por falta de mantenimiento y refacciones y que sólo funcionaba gracias al talento y trabajo duro de trabajadores fieles a la institución”.
Señaló que el “enemigo era el que desarmaba en las madrugadas las destartaladas computadoras con las que trabajábamos; el que se robaba piezas de esas computadoras con el sólo objetivo de sabotear a su propio periódico; el que orinaba y defecaba en las escaleras del edificio; el que literalmente arrancaba los excusados y los lavabos de los baños y los extraía de las instalaciones `sin que nadie se diera cuenta`; el que conspiraba sin cesar para desestabilizar y destruir a la institución; el cobarde que publicaba panfletos anónimos, algunos instigando a la destrucción intencional y total de las instalaciones”.
Nava acusó directamente a los “enemigos y parásitos internos que, finalmente, cómplices del presidente del Administración, Armando Heredia Suárez, y del gerente general, Francisco Javier de Anda Herrera, entregaron la última cooperativa periodística de México al gran capital”.
En su intervención, según la misma fuente, Nava habló también de empresas “amigas” que brindaron al diario “apoyo y comprensión”, como la Compañía de Luz y Teléfonos de México.
“Teléfonos de México, que aunque nos apremiaba por un adeudo millonario, siempre se mostró solidaria con Excelsior. Igualmente solidarias fueron algunas agencias de noticias, como la española EFE y la mexicana Notimex“.
Señaló que merecían un “reconocimiento especial” la agencia estadunidense AP y la británica Reuters, las cuales “nos apoyaron hasta el límite de sus posibilidades” Sin embargo, dijo Nava, “a pesar del apoyo y solidaridad recibidos, Excelsior no pudo sobrevivir, por lo que, al final de cuentas, tres factores invencibles se confabularon en la liquidación de Excelsior: la traición interna, el gran capital y la complicidad del gobierno”.
Afirmó: “Esta complicidad se reveló cuando el empresario Olegario Vázquez Raña ofreció comprar la cooperativa y milagrosamente desaparecieron las enormes deudas que el periódico tenía con la Secretaría de Hacienda –tres mil millones de pesos-- y con el Seguro Social –dos mil millones de pesos--, así como los delitos de evasión fiscal que se le imputaban, sobre todo porque Francisco Gil Díaz, titular de Hacienda, decía que `el problema fiscal de Excelsior era irresoluble, puesto que el adeudo era muy superior al valor total de la empresa`”.
De acuerdo con la nota, Vázquez Raña “pagó finalmente 536 millones de pesos por el periódico, que algún tiempo fue considerado uno de los 10 mejores del mundo y que fue el orgullo de los muchos periodistas que trabajaron en él”.
Empero, según Nava, “la venta se hizo en condiciones de `extrema irregularidad`, sin contrato de compra-venta, sin representantes con el poder legal suficiente para la transferencia del dominio y con los socios cooperativistas con los ojos vendados por el hambre y las falsas promesas”.
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